Al poco de llegar a donde actualmente vivo, comencé todos los tramites para finalizar mi registro legal en el país, mi familia y yo vinimos bajo un régimen de retornados, según este estatus tienes derecho a una serie de ayudas y beneficios establecidos en la ley, como eran muchas las cosas que tramitar, las dudas sobre como proceder, buscamos la ayuda de un asistente social, quien muy amablemente nos dio una mano en los tramites. Pero si nos advirtió que era posible que no todo el mundo nos diera la bienvenida, siempre existe el que al escuchar tu acento te pregunte de donde vienes con cierta desconfianza, o simplemente te ponga mala cara, e incluso quien se niegue a atenderte, aunque de estos últimos, ciertamente no me he topado con ninguno, y espero no toparme nunca.
Si somos realistas y vemos las noticias, no podemos dejar de lado la corriente anti migración que vive Europa y Estados Unidos, legal o ilegalmente si no eres del país, no serás del todo amigo. Un choque bastante duro para los venezolanos quienes durante años recibimos de brazos abiertos a los extranjeros, pero, si debemos asumir que nos van a preguntar por nuestro proceder, porque nuestro acento se parece al colombiano, también nos van a preguntar por la situación actual de nuestro país (y cuiden su respuesta, porque hay muchos que buscan conflicto y no un autentico interés en la situación), te preguntarán si vienes de paso o si solo te quedarás un tiempo, y la lista sigue.
Son pocas las muestras de rechazo que he recibido, en donde vivo casi todos tienen familia en el extranjero, o han trabajado en el extranjero y han regresado jubilados a su tierra, son gente por naturaleza desconfiada, pero amables, hay que darles la oportunidad de que te conozcan.
Si por algun motivo, existe aquel que salta al escuchar tu acento y te cambia la cara o siente recelo porque no seas de la zona, con esas personas, simplemente hay que ser educados y reservados, olviden el calor humano y limiten sea lo que sea y digan a el manual de Carreño. Educación y formalidad…
No se crean que ser extranjero es venir de otro país, también me ha tocado sentirme rechazada por no ser gallega (En España, hay aparte una corriente regionalista fuerte, y se ha hecho aún más aguda con el separatismo catalán) y como mi familia es de origen catalán… hai se los dejo. Caso similar lo ha vivido un familiar que esta en Madrid y otros amigos en País Vasco, Canarias y la propia Cataluña, que, aunque no son muchos, si hay radicales sueltos y sin vacuna.
Tengan en claro que los inmigrantes no siempre seremos bienvenidos, es parte de la naturaleza humana desconfiar del nuevo que ha llegado, cambiarás su rutina, se verán obligados quieran o no a adaptarse a una realidad que le es diferente a su día a día, deberán competir por trabajos, bienes y beneficios con gente que hace las cosas diferente y les dará inseguridades, un sentimiento muy humano, algo que no sólo pasa en España, pasa e todos lados.
Nuestra mejor carta en este juego es la educación y la paciencia, evitar conflictos, tratar de encontrar un grupo de amigos o un grupo social (Comunidades afines o de tu país de origen) que ya tengan tiempo en el país y que te puedan orientar en el quehacer social, y estar abierto a aprender sus tradiciones, idiomas (si tienen alguno aparte del normativo, ejemplo: gallego, euskera, catalán, asturiano…).
Si caen en Galicia o Canarias tienen algo su favor, ambas comunidades autónomas están llenas de personas que tienen alguien que ha migrado, o son retornados luego de años en el extranjero, son más quienes sabrán por lo que están pasando ahora y el rechazo será menor. Los que caen en Madrid, Barcelona o Valencia, también les resultará menos chocante, son grandes ciudades cosmopolitas, con sus filias y fobias tan complejas que no repararán en tu acento. Pero para el resto… paciencia,educación y sobre todo NO INTENTEN SER GRACIOSOS, mientras más serios y discretos sean… MEJOR.
Autor : Raquel Rodríguez Ferré Publicado en Diario de Teselas
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