Es tiempo de sanar, date una oportunidad

Recuerdo bien el día en el que llegue de Venezuela, estaba agotada, agobiada y emocionalmente hastiada, muy acelerada. Hubo que hacer un ejercicio de resistencia porque el taxista nos mantuvo sujetos a interrogatorio todo el trayecto desde el aeropuerto al hotel, tratando de entender como era posible que nosotros no hubiésemos hecho algo para evitar llegar al caos del que veníamos.

Recuerdo que trataba de buscar empresas redes sociales todas las noticias que podía de Venezuela, me amargaba enormemente por lo que se publicaba, si me enteraba de algún amigo que estuviese cerca, le visitaba y hablábamos de lo mal que estaba eso allí; durante un par de meses fue así, hasta que visite a una amiga en Coruña. Ella había migrado durante los años 90’s y cuando nos reunimos, la verdad es que fue muy grato verle de nuevo y recordar viejos días, volver a la adolescencia cuando éramos felices sin saberlo. No fueron años fáciles, ya habíamos vivido un par de sacudones sociales, había muerto mucha gente, luego pasó lo de Vargas y ambas hablábamos de lo que nos hizo venir a España…

Las razones de ella, no son menos que las mías, la verdad es que la pasó muy mal durante los últimos años de bachillerato, entre el Caracazo, el bulling del que fue víctima, y otros factores más, sus razones para que sus padres decidieran irse eran de peso. Yo escuchando su historia, me di cuenta de cuanto le afecto esos momentos a ella, yo la recordaba más alegre, más segura, diferente a lo que me contó, había vivido, me hablo de los años que le costó sanar esos golpes. Yo le conté lo que me pasó a mi:
• El secuestro para robarme el coche.
• Los dos asaltos para robarme el móvil.
• Las manifestaciones y barricadas cerrando calles.
• El tráfico infernal para desplazarte por la ciudad y el miedo a los motorizados.
• Dejar de hacer deporte en la Cota Mil y en el Parque del Este por los incidentes con el hampa.
• Las colas en los supermercados por azúcar, harina, leche, papel de baño.
• La inseguridad, y el dejar de ir al cine o al teatro.
• Las colas en la farmacia por un Ibuprofeno, ya ni hablemos un antibiótico.
• Lo que perdimos socialmente y como país, sentirme extranjera en mi propia ciudad, que te etiqueten por ser de un partido u otro… y la lista la pueden complementar con lo que ustedes han vivido.

No llevaba ni una hora contándole lo que tenia en el cuerpo cuando me pregunto si era de las que leía noticias, veía el Facebook, Twitter, y cuanta cosa existía en redes, al contestar que si, hizo la siguiente pregunta: ¿Tienes ataques de pánico, sientes que no puedes salir sola, te da miedo salir de noche, y te da pavor las motos? ¿Te amargar cuando te hablan de los chavistas, y no comprendes porque te preguntan quién fué el culpable de que estemos como estamos? Y la más jodida de todas las preguntas ¿Te ponen cara de no creerte, cuando le cuentas cómo es de fea la cosa allí por la inseguridad?…

Si, le contesté… Ella se sonrió, y me contestó, ¿No es hora de que te des un chance para sanar, saliste de allí porque no podías más, pero solo de cuerpo, lo demás aun esta allí…

A ver, su comentario me sentó de la patada, seré honesta, pero después de cambiar el tema por algo más neutro, me despedí de mi amiga y me regrese al tren de vuelta a casa.

Durante el viaje le di vueltas a lo hablado, y saben? tenia razón; habían pasado 4 meses, ya podía dormir 8 horas seguidas, podía caminar por la calle y me sentía segura, podía viajar sola en tren y estaba cómoda, podía enfermarme que el médico me daba receta y en la farmacia había lo que necesitaba, ni hablemos con ir al supermercado (era una experiencia religiosa) con todos los anaqueles llenos…

Era momento de sanar y de darme una oportunidad, no sólo por mí, si quería ayudar a los familiares que estaban en Venezuela, debía darme una oportunidad, bajar el ritmo, y migrar, del todo… ¿Qué hice?

Regular la información, busque solo un canal de noticias confiable y con redacción nacional (Cesar Miguel Rondón y Rafael Osio Capriles); solo veo las noticias de RTVE y me di de baja en Twitter. Si me preguntan sobre la situación Venezuela, mi respuesta es muy neutra y corto la conversación cambiando por un tema más agradable.

Lamentablemente he bloqueado a todos los troles de mis redes sociales, no sin antes avisarles. Me obligué a salir y conocer mi entorno, buscar noticias de mi entorno y empaparme de lo que me rodeaba, las noticias fuera de los canales regulares, solo si son familia, no cerré mis puertas a la verdad, solo me di el espacio para ver, analizar y PENSAR, sin pasiones, sin rencores, con lógica.

Funciona, te abres a una nueva realidad, te haces más objetivo, eso te da fuerza y sosiego para ayudar más a quien necesita una comenzar de cero. Hagan el ejercicio, suelten un poco , no conviertan su vivencia en un repelente de oportunidades, por el contrario, sean un peñón de apoyo que bastante falta hace tener gente así.

Autor : Raquel Rodríguez Ferré
Publicado en Diario de Teselas
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