Castañas ya comienzan su temporada en octubre, ya para mediados de mes, se pueden ver en casi todas las fruterías y tiendas de alimentos a este noble fruto seco expuesto, pero realmente su mejor momento, cuando más apetecen es en noviembre.
El magosto es más que una fiesta, realmente es una reunión de familia y amigos en torno al acto de recolectar castañas en los bosques; al final de la jornada, se enciende una hoguera y cuando se tiene buenas brasas, se coloca una parrilla donde asan chorizos, unas sartenes especiales donde asan también parte de las castañas recolectadas y se acompaña todo con vino y pan, si hay niños presentes, se les da zumo o leche caliente con miel y canela.
Hoy en día quedan pocos bosques que sean “silvestres” y que puedas ir a tus anchas a recolectar, aparte de peligroso, no es legal, porque por lo general los bosques de castaños tienen pertenencia y hay que pedir permiso o conocer a los dueños para acompañarlos en la colecta, es un trabajo simple, pero con truco, pues debes saber cuál castaña recolectar, no pincharte porque las semillas están dentro de una cubierta de espinas. Por eso, si no tienes un amigo con bosque, no tienen por qué desanimarse, en las ciudades y pueblos suelen vender los frutos y hacer la parte más amena del magosto sin el trabajo y el riesgo de recolectarlas.
No es una fiesta de feria, luces y orquesta, pero es a mi gusto más divertida, es más íntima, de amigos y familia, después de asar y pelar las castañas terminas todo lleno de ceniza y tizne, el que queda limpio suele durar poco así de prístino, no se permiten remilgados que le hagan ascos a mancharse, mínimo un par de manchas de ceniza, algo de vino encima y salir del recinto oliendo a humo.
En Ourense capital, el día 11 de noviembre, la plaza mayor se llena puestos donde reparten los chorizos y castañas que se asan en las enormes brasas que se encienden en el centro de la plaza, acompañado de vino y pan, pero a mi gusto tiene mucha gente y pierde parte de su magia, pero si vives en una ciudad y no tienes donde, pues, esta bien para iniciarte en el vicio de comer castañas.
A ver cómo se las ingenian este año para hacer la fiesta, con el tema de los aforos y las distancias, pero, a falta de festejos, siempre contamos con los castañeiros, puestos en forma de tren donde se asan castañas y te las venden calentitas… el chorizo el pan y en vino para luego, en casa…